jueves, 9 de mayo de 2019

Energía y Medio Ambiente


L
a eficiencia energética es el gran tema para el SXXI, pero debemos cuidar que se desarrolle conforme al bien común y no para el beneficio exclusivo de las empresas.
Hace poco vimos cómo se quiso implementar la instalación masiva de medidores inteligentes y todo el debate que ocasionó su procedimiento entre gallos y medianoche.
La eficiencia energética requiere de la implementación de medidores inteligentes para poder gestionar una tarifa por uso horario diferenciado, pero cuidado en este punto.  Miremos el ejemplo del transporte público que también por un criterio de eficiencia implementó el cobro de pasajes diferidos en el Metro, con el sano fin de “aplanar” la curva de demanda y que las personas viajen menos en horarios punta y más en horarios valle.  Cuando la realidad es que los desplazamientos están condicionados por los horarios laborales y de estudio, haciendo imposible para la gran mayoría modificar sus hábitos de trasporte fuera del horario punta. ¿Quién gano aquí? Pues, como es obvio, ganó la empresa y en estos años hemos tenido un tremendo desarrollo de la red del Metro, ¿acaso es coincidencia? ¿Quién perdió? Como se podrán imaginar, perdimos todos los usuarios por tener que pagar un pasaje más caro y no tener ninguna comodidad en el viaje de horario punta con dicho sobre precio, pero de todos modos es cierto que ahora hay más líneas de Metro, lo que endulza algo este café amargo.
Entonces, con la tarifa horaria diferida para el consumo de la electricidad, la promesa será hacer un uso más eficiente de la demanda energética, pero al igual que en el caso del transporte público, la mayoría no podrá modificar sus hábitos de consumo, porque también dependen de los horarios de trabajo y estudio.  Esto implicará pagar cuentas de energía posiblemente con un valor el doble o más del valor actual, según la experiencia de otros países. ¿Entonces, quién gana y quién pierde de verdad?
Otro aspecto a tener en cuenta es que el nuevo marco legal prevé la generación por paneles solares en los hogares y la “compra” de sus excedentes para ser distribuidos en la red de eléctrica. Nuevamente esto es mayor eficiencia energética. Pero, sin siquiera preocuparnos de si el precio de compra y de venta será el mismo entre las Distribuidoras y sus clientes-generadores, tenemos un tema técnico muy importante que resolver.  El concepto genérico para este caso es el de PMGD (Pequeña y Mediana Generación Distribuida), y hace más de una década que las Distribuidoras saben que no es técnicamente implementable sin antes mejorar las redes eléctricas, pues éstas fueron concebidas sin tener en cuenta esta posibilidad y su estructura es de tipo capilar, esto es, son redes de mayor capacidad eléctrica en las fuentes de generación, y mínima hacia los clientes finales, como ocurre con nuestro sistema circulatorio entre el corazón y las extremidades.  Por lo tanto, invertir los flujos de la corriente puede significar el fallo de tramos intermedios, lo que obligará a las Distribuidoras a potenciar sus redes y transferir ese costo a los usuarios, como siempre lo hace por ser un monopolio natural regulado.
Si nos damos cuenta, tenemos un problema perverso, pues el primer caso implica mayores costos para los usuarios de la red y si lo quieren evitar, entonces algunos podrán optarán por la solución de generación por paneles solares y entonces se tendrá, casi inevitablemente, el segundo escenario.
E
l punto aquí, no es oponerse a estos desarrollos que por lo demás son necesarios y urgentes, por supuesto que no. El asunto es que nos aseguremos que se legisle e implemente de la forma correcta, para no perjudicar a los clientes, a los consumidores, a costa de ganancias excesivas para las Distribuidoras reguladas que todo el tiempo tratan de encontrar nuevas formas para generar mayores rentabilidades; esto es materia de análisis y debate continuo en dichas empresas.
Como MM:. SS:. debemos tener presente estos puntos recién planteados, para actuar e influir positivamente al respecto, para que nuestra sociedad pueda continuar dignamente su camino de progreso en el SXXI.